“No hay modo de escapar airosamente de la Navidad” escribe un JB (joven y brillante periodista), Jorge Bustos. Y añade: “No se trata del cuñado, sino de nuestra tenaz memoria de niños avejentados que recuerdan inevitablemente la nieve y el oropel, el catálogo juguetero de El Corte Inglés y el musgo para el Nacimiento”.
Más irónica aún, la afilada pluma de Carlos Esteban nos dice en otro artículo que no recuerda “haber visto familias montando juntas e ilusionadas una maqueta de las Cortes, con sus figuritas en plástico o arcilla de los padres constitucionales, cuando se acerca el Día de la Constitución”.
Lo que nos quiere decir con ello es que la Navidad no es un invento de los grandes almacenes, ni una convención, ni una fiesta artificial y artificiosa, ni un narcótico ñoño para adormecernos y olvidar las penas, sino que responde a una realidad.
Los artículos de Jorge Bustos y Carlos Esteban son las dos mejores piezas que se han escrito estos días sobre la Navidad, una fiesta que se sigue celebrando a pesar de las ofensivas laicistas y los denuestos de los nuevos Mister Scrooge.
- “Es la Navidad, estúpidos”, de Jorge Bustos
Donde dice cosas tan paradójicas como ésta:
“Mientras odiemos la Navidad o bien nos compadezcamos del niño con mocos que la pasa sin regalos, seguiremos siendo criaturas de Dickens: canónicamente navideñas”.
Verlo entero:
http://www.zoomnews.es/470577/considerando-frio/es-navidad-estupido
- “Navidad”, de Carlos Esteban
Donde escribe:
“Las fiestas de verdad, las que perduran, las que resisten el vaivén de las modas y los cambios de régimen, se parecen más a enamorarse que a legislar, y esa es la razón por lo que las odian las élites. Pero, sobre todo, por una verdad que les revienta como pocas: Sólo la religión ha dado fiestas populares a los hombres”
Verlo entero:
https://neupic.com/articles/navidad